Existen diversos tipos de psicólogos.
Según el tipo de trabajo que hagan, podemos encontrar hasta 12 tipos de psicólogos:
José Inés
9/26/20233 min read
Tipos de psicólogos profesionales
Como te hemos comentado, existen diversos tipos de psicólogos. La imagen del terapeuta tomando notas y escuchando al paciente que habla tumbado en un diván ha quedado anticuada (y, además, no corresponde a la realidad de esta profesión). Según el tipo de trabajo que hagan, podemos encontrar hasta 12 tipos de psicólogos:
Psicólogos clínicos
Psicólogos educativos
Psicólogos del desarrollo
Psicoterapeutas
Investigadores
Neuropsicólogos
Psicólogos del trabajo
Psicólogos sociales
Psicólogos forenses
Psicólogos deportivos
Sexólogos
Otros
Como puedes comprobar, no todos ellos se clasifican según el enfoque de su terapia. Mientras encontramos algunos que sí lo hacen, otros toman especial relevancia por el entorno en el que desarrollan sus funciones (criminalística) o el campo en el que son especialistas (relaciones íntimas), por ejemplo. Esto nos permite destrozar el mito de la psicología y comprender que hay muchas formas de abordar la mente humana.
Ahora bien, te preguntarás, ¿cuál es la mejor?
¿Qué tipo de psicología es mejor?
No existe un tipo de psicología mejor que otro, sino enfoques más acertados o menos adecuados para tratar un mismo trastorno. Si lo que nos preocupa es el caso de un adolescente con TCA, buscaremos un enfoque distinto al que empleamos para tratar a un adulto con depresión. Por este motivo es conveniente conocer los tipos de terapia psicológica.
¿Cuántos tipos de terapia psicológica existen?
Aunque en la actualidad exista una corriente de psicología predominante, eso no implica que en todos los casos vaya a funcionar igual o que sea siempre la más adecuada para todos los trastornos. ¿A que no reaccionas igual que lo hace tu madre? ¿Verdad que hay personas que reaccionan distinto ante una mala noticia?
Por este motivo, debemos conocer los tipos de terapia psicológica que existen y en qué tipo de trastornos suelen ofrecer mejores resultados.
Terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo-conductual se basa en que no hay que limitarse a modificar la forma en la que la persona interactúa físicamente con su entorno y con los demás. Por el contrario, considera que hay que unir este proceso de modificación de la conducta con la de modificación de las creencias y la forma de pensar. De esta forma, un proceso acompaña y refuerza al otro.
El terapeuta “entrena” al paciente para que pueda interpretar la realidad de forma más equilibrada, y que pueda convertir sus pensamientos negativos en pensamientos constructivos. Se trata de una terapia que ha demostrado científicamente su eficacia a la hora de tratar muchos trastornos y problemas, y que tiene una especial incidencia contra la depresión, la bulimia, los trastornos somatomorfos o el trastorno bipolar, por ejemplo.
Terapia de conducta
La terapia de conducta está muy vinculada a la cognitivo-conductual. No obstante, esta pone el foco en los procesos psicológicos no verbales y que no dependen de la forma en la que piensa el individuo, sino de cómo actúa. Es de especial utilidad a la hora de tratar con niños y adolescentes, y ha demostrado su eficacia en problemas como la encopresis, el TDAH o los trastornos de sueño.
Terapia psicodinámica
Esta intervención se inspira en el archiconocido psicoanálisis. El foco está puesto en los pensamientos y sentimientos que no percibe de forma consciente el individuo. El terapeuta y el paciente exploran los sesgos inconscientes, viendo cómo se relacionan con su forma de comportarse y crear una ideantidad propia, y las maneras en las que esto puede dar paso a problemas. Este tipo de terapia ha resultado ser eficaz en procesos contra la depresión o el trastorno límite de la personalidad.
Terapia de aceptación y compromiso
Este tipo de terapia psicológica se denomina “de tercera generación” y surgió entre los años 80 y 90. Sin embargo, aunque sea relativamente joven, ha demostrado ser eficaz a la hora de afrontar problemas como la ansiedad o la depresión. La terapia de aceptación y compromiso pretende crear una vida rica y significativa para el paciente a través de aceptar un hecho: que el dolor es inevitable. Mediante la aceptación del dolor el paciente puede librarse de una parte importante de la frustración, por un lado, y desarrollar estrategias que le permitan afrontar los problemas de forma más resolutiva.
Algunos de los principales aspectos en los que podrás profundizar son:
El desarrollo de la pareja y la familia.
El desarrollo de los procesos cognitivos básicos y superiores en la infancia.
El apego y la relación con los padres.
La evolución de la personalidad.
El desarrollo de la autoestima del niño.
Herramientas para el coaching educativo en las aulas.
La prevención del bullying
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